· ONG se encarga de evitar puntos de acuerdo
· Urge amplia vigilancia policiaca en la región
· Dialoga el Gobierno con las partes en la zona
· OCEZ-Carranza incurre en actos de provocación
· El “Frayba” asesora perversamente a los 2 grupos
· Llegan infantes de Marina a Venustiano Carranza
· Sus golpes al narco preocupan a criminales
Esta región de Chiapas que tradicionalmente era considerada como una mina de oro para ancestrales caciques ha experimentado una mutación de propietarios. Son ahora los tentáculos del crimen; quienes alegan ser defensores de los derechos humanos y uno que otro mesiánico, como “Chema Ratón”, quienes quieren imponer su ley desde la OCEZ y otras siglas comunales que gozan de bendiciones terrenales.
Y esto viene a colación porque la disputa de terrenos se ha convertido en un jugoso negocio de líderes apoyados desde trincheras internacionales, mismas que tienen a su cargo la elaboración del mitote.
Lo que sucede en el predio “El Desengaño” es prueba fehaciente y botón de muestra de la forma perversa en que el “Frayba” juega un doble papel que tiene como única meta la confrontación.
Los copropietarios y los invasores son asesorados por el CDHFC que juega un papel mefistofélico que impide la toma de acuerdos. La autoridad se encuentra maniatada ante hechos como éste, porque sabe que “para donde jale” se rompe el hilo y comienza la sesión de comunicados de adherentes y adheridos despotricando la falta de respuesta gubernamental.
Recientemente, el 2 de septiembre para ser exactos, el secretario de Gobierno, Noé Castañón León, un experimentado y taimado funcionario público charló con las partes. Fue una sesión desgastante y en ella se dijo que la OCEZ no hará nuevas acciones de invasión.
Pese a ello las gentes del “Chema” ya hacen incursiones en las parcelas sembradas con granos básicos, con lo que le hace saber a los lugareños que “el ratón quiere su maíz”.
Pero mas allá de sus intereses mezquinos se ve la intención de provocar un evento armado que genere inestabilidad social en la región. El Gobierno no debe desentenderse de lo que sucede y debe de poner orden ¡A la voz de YA!
Por todo lo anterior urge la presencia de elementos de la Policía Estatal Preventiva para evitar un desaguisado en el marco del Bicentenario.
¿Hasta cuando se frenarán los atropellos y se hará justicia?
¿Quién le pondrá un alto definitivo al Chema Hernández?
¿Quién detendrá la ola de engaños para los dueños del desengaño?
LA LLEGADA DE LA MARINA A ESA ZONA
Desde hace un par de meses un agrupamiento de la Secretaría de Marina hizo acto de presencia en las inmediaciones de la presa de La Angostura, cuestión que levantó comentarios y generó zozobra entre comuneros de la región, particularmente en Venustiano Carranza.
Para algunos la llegada de los infantes de Marina obedece al cuidado de las instalaciones estratégicas de la nación previendo la situación que ahora persiste, aunque para otros, quienes se dedican a todas aquellas actividades vinculadas con el crimen organizado, los rondines de esas fuerzas del orden significan un inconveniente para sus intereses económico-ilegales.
En diciembre del 2009 la Marina dio uno de los golpes más duros al narcotráfico, dentro de la administración del presidente Felipe Calderón Hinojosa, al lograr la ubicación y dar muerte al capo Arturo Beltrán Leyva en el interior de un lujoso apartamento del complejo “Altitud”, considerado un oasis para residentes acaudalados y para capitalinos que huyen del bullicio los fines de semana rumbo a “la ciudad de la eterna primavera”.
El impacto fue brutal. La Marina actuando en un lugar en donde no hay más agua que: en las piscinas de residencias de las familias pudientes y hoteles de lujo. ¿Cómo? y ¿por qué La Marina?
Otra acción similar de la dependencia a cargo del Almirante Mariano Francisco Saynez Mendoza que llamó la atención nacional e internacional -en otro espacio sin playa- tuvo lugar todavía este fin de semana en Puebla, cuando infantes de la Secretaría de Marina Armada de México capturaron en un operativo limpio a Sergio “Villareal” alias “El Grande”, quien es acusado de ser el principal operador de Héctor Beltrán Leyva, uno de los narcotraficantes más buscados por las autoridades federales mexicanas y la DEA.
Como puede desprenderse de este par de ejemplos la llegada de la Marina a un punto de la geografía chiapaneca sin mucha agua, pero donde suena el río diciendo que algo lleva, ha molestado a quienes desde hace tiempo ocupan el cauce y caminos de extravío para pasar mercancías prohibidas y seres humanos (léase indocumentados y trata de personas).
Dentro de los inconformes por la llegada de La Marina a ese lugar figuran la OCEZ-Carranza, particularmente su dirigente José Manuel Hernández Martínez, mejor conocido como “Chema Ratón” y sus colegas de andadas incrustados en la ONG denominada: Centro de Derechos Humanos “Fray Bartolomé de Las Casas”.
¿Qué esconden o a qué se dedican estos señores, a quienes tanto les preocupa la llegada de infantes y pertrechos de la Secretaría de Marina a esa zona? ¿Protegen o reciben prebendas de grupos vinculados al crimen, acaso?
La presencia de los marinos debe ser vista como un elemento que brinda seguridad en la región y no como un acto de intimidación, salvo que quien impugne su permanencia vea obstaculizadas sus actividades.
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