miércoles, 13 de julio de 2011

“…Y que hiciste del amor que me juraste”...

…y qué excusa puedes darme si faltaste…. Pareciera que esta canción que ha “encadenado” generaciones, hoy sirviera como fondo musical para que el Frayba vea la realidad tan decepcionante de uno de sus “más grandes” defensores de ideales, aunque lo que en realidad deberíamos preguntarnos es ¿Realmente los tenía?, los ideales, digo.

Hay una frase muy conocida que dice, “dale poder al hombre... y lo conocerás”, creo que todos aquellos que se sentían defendidos por Diego Cadenas, deben estar, apenas conociendo a quien con tanta firmeza, decía defenderlos. Sino pregúnteles a los ejidatarios de Bachajón, quienes a principios de mes, buscaban por doquier, a quien les había jurado lealtad.

“…Y a qué debo dime entonces tu abandono”…

Si fuese un concurso de adivinanzas, todos ya hubiéramos ganado, ante tan visible razón de su abandono, el dinero. Por fin, sus fieles seguidores, sabrán que lo único a lo que le es fiel es a tener “Gordillo” su monedero. Esperemos ahora como cambiará su discurso, un discurso que seguramente no le costará, puesto que será “comprado”.

Y es que, es de sorprenderse que los “defendidos” del Frayba, aún no se percaten que solo son utilizados como plataformas para conseguir puestos en la política, digo, no es la primera vez que sucede, los usan, los azuzan y los desusan. Bien decía Shakespeare, que “en la amistad y en el amor se es más feliz con la ignorancia que con el saber”, quizás por eso aún se prestan a tan original juego.

“…y en qué ruta tu promesa se perdió…”
Figura en letras de oro en la misión del Frayba, “… caminar al lado y al servicio del pueblo pobre, excluido y organizado…”, parece que Diego Cadenas, al protestar como nuevo Secretario Ejecutivo del CEDH, le dio un giro a esta promesa y solo la cambio “ligeramente” de sentido. Hoy sus “seguidores”, saben que finalmente se sirvió de ellos, para caminar, él, bien organizado y excluir o hacer a un lado, al pobre pueblo.


Y entonces, “dice mi mamá que siempre no”, que mejor me voy con sandía. A Cadenas, no le importó traicionar sus ideales, o más bien, cambiarlos, porque queda claro que no le es fiel a nada. Todo por conseguir un mejor puesto y un buen cheque, que lo haga defensor, ya no de los derechos humanos de los indígenas, sino defensor de su nueva misión, la creación del humano derecho que ahora “pretende” ser.

“…y si dices la verdad yo te perdono…”

¿Será que diría la verdad?, ¿Será que si lo perdonarían?, digo, que tal que no le funciona la nueva cadena a su puesto. Pero si de pedir verdades se trata, habría que preguntarle a Don Diego, que quieren decir, cuando escriben en el Frayba:

¿Cómo trabajamos?: Para atender las solicitudes de intervención y defensa por el respeto a los Derechos Humanos, trabajamos desde diferentes áreas.

¿Eso también incluye tener una silla en el CEDH?, órale, que estrategas me resultaron. Se los dejo a su libre albedrio.

“…y te llevo en mi recuerdo junto a Dios…”

Si, seguramente Samuel Ruiz, lo debe estar recordando, y seguramente estas lluvias de últimos días, han de ser de su tristeza o su alegría, por ver como uno de sus pupilos avanza a paso veloz. Según sus documentos, el Frayba tiene una inspiración cristiana y ecuménica. Habría entonces que preguntarse si dentro de las lecturas de la Biblia, Diego Cadenas comprendió mal, algunas enseñanzas. Me viene a la mente, un pasaje:

San Mateo 10:16 Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas.

La pregunta sería, ¿Qué fue lo que Diego Cadenas entendió?... Sin duda alguna, lo sabremos.

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